domingo, 10 de agosto de 2014

Su dulzura, esos besos imaginarios,su caminar, delicioso manjar,
mirada tan radiante,capaz de arreglar cualquier día,
tormentosa pesadilla fogosa, que el sentido trastorna, 
el corazón acelera y la mente vuelve loca, me dejas sin
motivos ni excusas tontas para saludarte, casi están agotadas.
Acércate despacio esta vez y sentémosnos a observar estrellas,
agotando el tiempo hasta apagarse como si cerraran el telón.
Disfrutemos, sin pensar en el mañana, dejándonos llevar, libres,
mecidos por la brisa, por el cauce de tu caricia, marcando nuestras
reglas, nuestro destino sin límite al deseo.

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